⛓️‍💥De líder a obstáculo: La gestión comercial de EE. UU. y su efecto en importadores y vendedores finales.

Un cambio con impacto mundial

El 29 de agosto de 2025, Estados Unidos eliminó la exención conocida como de minimis, que permitía la entrada libre de impuestos de envíos menores a USD $800. A partir de esta fecha, todos los paquetes —sin importar su valor ni su país de origen— están sujetos a aranceles, impuestos y trámites aduaneros.

La medida, presentada como un mecanismo de protección comercial, ha generado incertidumbre global, afectando a exportadores, operadores logísticos, e-commerce y vendedores finales que dependían de envíos pequeños para mantener precios competitivos.

Reacciones internacionales ante el fin del de minimis

La decisión de EE. UU. no ha pasado desapercibida. Varios países han tenido que reaccionar con rapidez:

  • Europa: Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Bélgica, Austria, España y países nórdicos suspendieron temporalmente los envíos postales hacia EE. UU. mientras adaptan sistemas de facturación y recaudación de aranceles.

  • Asia y Oceanía: Japón, India, Corea del Sur, Singapur, Tailandia, Australia y Nueva Zelanda también pausaron o limitaron servicios, ajustando protocolos aduaneros y tecnológicos.

  • América Latina: México, a través de Correos de México, detuvo sus envíos por falta de claridad en la aplicación de tarifas y busca acuerdos bilaterales para reactivar el servicio.

  • Organismos internacionales: La Unión Postal Universal (UPU) confirmó que más de 30 países están directamente afectados y trabajan en conjunto para facilitar la transición.

Estas reacciones muestran cómo una decisión unilateral puede generar distorsiones inmediatas en la economía global y afectar directamente la cadena de suministro.

Consecuencias para vendedores finales

Para los vendedores que abastecían a EE. UU. con envíos de bajo valor, los efectos son claros:

  1. Despacho obligatorio: todos los envíos deben pasar por aduana, lo que incrementa tiempos y costos.

  2. Aranceles e impuestos adicionales: cada producto estará sujeto a tarifas según su clasificación HTS y país de origen.

  3. Incremento de precios: el costo de importación se traslada al consumidor, afectando la competitividad.

  4. Mayor complejidad documental: facturas comerciales completas, códigos HTS de 10 dígitos, valor aduanero correcto y datos fiscales del destinatario ahora son imprescindibles.

  5. Riesgo de retrasos y devoluciones: cualquier error documental puede significar semanas de demora y sobrecostos.

En síntesis, los vendedores finales enfrentarán menos márgenes, más burocracia y clientes más exigentes.

El golpe al dropshipping

Uno de los modelos más afectados será el dropshipping tradicional, basado en envíos unitarios desde Asia al consumidor final.

  • Pérdida de la ventaja de precio: incluso artículos de bajo valor ahora pagan impuestos.

  • Tiempos de entrega más largos: cada paquete debe pasar por revisión aduanera.

  • Mayor riesgo operativo: facturación incompleta o códigos erróneos pueden derivar en retenciones.

  • Reducción de la rentabilidad: con menores márgenes, muchos pequeños vendedores no podrán sostenerse.

¿Qué esperar en 2026 para el dropshipping?

  • Migración hacia modelos híbridos, donde los vendedores importen en volumen y almacenen en EE. UU. para distribuir desde centros de fulfillment.

  • Consolidación del mercado: los pequeños jugadores tenderán a desaparecer y quedarán empresas con estructura logística sólida.

  • Mayor formalización: el cumplimiento normativo ya no será opcional; será requisito para sobrevivir.

  • Consumidores enfrentando precios más altos y plazos más extensos, lo que obligará a mejorar la propuesta de valor con marcas propias o diferenciación.

Perspectivas para 2026

De acuerdo con proyecciones de la OMC y distintos organismos:

  • Los envíos hacia EE. UU. se normalizarán gradualmente durante 2026, conforme los países adapten sus sistemas.

  • Se espera una subida efectiva de tarifas en muchos productos importados, con rangos entre un 10 % y un 50 %.

  • El impacto será mayor en sectores como textiles, electrónicos, minería y bienes de consumo masivo.

  • El comercio global crecería solo un 2,5 % en 2026, un ritmo inferior a la década pasada, marcado por incertidumbre regulatoria.

  • Las PYMEs y el e-commerce internacional serán los más expuestos, mientras que las grandes compañías adaptarán rápidamente su infraestructura logística.

Conclusión

La eliminación del de minimis en EE. UU. es un ejemplo de cómo una decisión poco optimizada en política comercial puede desestabilizar la economía global.
En 2026, el comercio internacional hacia EE. UU. será más costoso, más burocrático y menos predecible.

Los vendedores finales y dropshippers tendrán que profesionalizarse, consolidar envíos y trabajar con socios logísticos experimentados si quieren mantenerse en el mercado.

En este escenario, empresas como Backyard Star SpA juegan un papel clave: aportando planificación anticipada, gestión documental certificada (SAFIS-ISP), consolidación de carga y asesoría estratégica, para que las compañías no solo se adapten a las nuevas reglas, sino que encuentren oportunidades donde otros ven barreras.

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